Amor al País

Y el país se divide en comarcas del recuerdo y distritos de esperanza,
y sus habitantes se mezclan entre sí,
como esos que regresan de un casamiento
con aquellos que vuelven de un entierro.

Y el país se divide en territorios de guerra y territorios de paz.
Y el que cava una zanja contra obuses,
volverá para acostarse en ella con su muchacha,
si es que vive para cuando llegue la paz.

Y el país es hermoso.
Incluso los enemigos en derredor lo adornan
con armas que brillan al sol
como un collar al cuello.

Y el país es un país-paquete:
bien amarrado esta y de todo hay en él, y está atado con fuerza
y los hilos producen dolor a veces.

Y el país es muy pequeño,
ya hasta puedo integrarlo en mi interior.
La erosión del suelo arrastra mi tranquilidad también
y tengo siempre presente el nivel del Kineret.
Y por ello puedo sentirlo todo
en un entornar de ojos: mar-valle-monte.
Y por ello puedo recordar todo lo que en él pasó
de un solo golpe, como aquel que recuerda
toda su vida en el momento de su muerte.

Iehuda Amijai

Hamiljama haajarona-La última guerra

En el nombre de todos los tanquístas y de sus rostros llenos de polvo, quienes atravesaron todo el fuego y la polvareda.

En el nombre de los marineros quienes estaban tendidos sobre el mar llenos de sal y olas.


Yo te prometo a ti, pequeña niña mía, que ésta será la última guerra.


En el nombre de los aviadores quienes irrumpieron en combates manchados por la sangre y fueron quemados por el fuego de los proyectiles.


Y por el fuego de los combatientes de nun mem, (servicio secreto del Ejército de Israel).


En el nombre de los paracaidistas que entre plomo y humo,

te vieron a ti  como a un ángel que los bendecía sobre sus cabezas.

Yo te prometo a ti, pequeña niña mía, que ésta será la última guerra

En el nombre de los artilleros, quienes con sus las bombas, se convirtieron en columnas de fuego, a lo largo de los campos de batalla.

En el nombre de los enfermeros y médicos que con sus  almas y sus estímulos, devolvieron espíritu a la vida con su entrega.


Yo te prometo a ti, pequeña niña mía, que ésta será la última guerra

En el nombre de los comunicadores, cuyas voces se oían durante las noches.

En el nombre de todas las tropas y los regimientos.


En el nombre de los padres quienes fueron a una  batalla tremenda,

y que desean regresar nuevamente a ti.

Yo te prometo a ti, pequeña niña mía, que ésta será la última guerra.