Zaytoun: Del árbol limonero al árbol de olivo

Ante todo quiero agradecer a los Javerim de Habonim Dror por la invitación a ser parte de vuestro Blog encomendándome escribir una líneas que presenten y estimulen a ver algunas películas del cine israelí para que por este medio podamos acercarnos un poco más a su realidad cultural, política, social y económica. Espero que disfruten de los artículos como así también de las películas que presentaremos. Esperamos vuestros comentarios en la Web!.

En los últimos años el cine israelí ha tenido un gran crecimiento, tanto en cantidad de producciones, como en la calidad de guión e imagen que muestra. Se ha difundido más allá de las propias fronteras del país. Ha obtenido premiaciones y reconocimientos muy  importantes en los festivales internacionales más importantes lo que le permitió el ingreso a los circuitos comerciales alrededor del mundo.

En los últimos años ha renovado los temas que llevó a la pantalla, aceptó el desafío, no fácil, de abordar la temática del conflicto en Medio Oriente estando inmersos día a día en el mismo.

Narró historias mínimas, lo que le pasa a la gente común y simple en su cotidianidad. Retrató el sufrimiento de dos pueblos en su devenir de encuentros y desencuentros. Relató la memoria y el olvido, problemáticas de las fuertes experiencias vividas jóvenes soldados israelíes en el cumplimiento de sus funciones y obligaciones. En este ultimo rubro encontramos películas como Vals con Bashir de Ari Follman, Lebanon (Líbano)  de Shmuel Maoz o Beaufort de Joseph Cedar.  

Intentando buscar un común denominador del “nuevo cine israelí” surge quizás la idea de lo humano, del hombre, que es puesto en el centro de la escena en casi todas las producciones fílmicas actuales.

Esta generación de directores se atreve a más, intentan ponernos a nosotros “los espectadores” (y en alguno de los casos a “los protagonistas”), en lugares no tan cómodos, confundiendo por momento nuestras empatías, horadando nuestras certezas y seguridades, generando sentimientos encontrados desde la mullida butaca desde la cual a veces vemos la realidad. Nos invitan a cuestionarnos acerca de mitos, historias, relatos y narrativas, a conocer la alteridad, no solo nos hacen ver por medio de nuestros ojos sino que lo hacen también desde el corazón y el cerebro llevándonos a revisar nuestros sentimientos e ideas. Creo el  cine israelí actual que incluye las narrativas, visiones y versiones del “otro lado” aportan a poder entender “el propio lado”.

Creo que este cine habla de una sociedad sana en donde la cultura es conciencia y a la vez actúa de catalizador de una realidad tan áspera en algunos casos. Este nuevo cine no trata de buscar culpables, no hay buenos ni malos totales, hay una realidad compleja y un conflicto muy difícil, lo bueno es que no es pretencioso en la propuesta de soluciones que están fuera de su alcance.

Ahora vamos a nuestra película llamada Zaytoun-Olivo (2012) del Director Israelí Eran Riklis y guión del palestino Nader Rizq.

Zaytoun se desarrollará  en 1982, un avión israelí se cae en Beirut y su piloto es secuestrado.

En su cautiverio el soldado establece contacto con un niño palestino que vive en un capo de refugiados en el Líbano. La desconfianza inicial se tornará luego en una profunda amistad que les permitirá a casa uno de ellos regresar a sus respectivos hogares. Hasta aquí una síntesis “sui generis” del argumento.

Es la segunda película de Eran Riklis que nos habla sobre un árbol, la primera Ezt Limon (El árbol limonero) y la segunda Zaytoun (Olivo). Creo que no es casualidad el que haya elegido el árbol para narrar estas historias, el árbol nos habla de la tierra, de las raíces, del tronco, de ramas y hojas que son testigos del paso del tiempo y victimas de las inclemencias del tiempo.

Para nuestro pueblo el árbol tiene un sentido muy especial el árbol, la torá misma es comparada con “un árbol de vida para los que la sostienen” (del servicio de retorno de la Torá al Arca) o como ordenan nuestras fuentes “Cuando rodees una ciudad para tomarla, no derribes sus árboles frutales pues te servirán para alimentarte. En especial el olivo es una de las conocidas “Siete especies de la tierra de Israel y es mencionado en el libro Deuteronomio cápitulo 28 versículo 40.

Esta historia nos habla de un árbol sin tierra. La película esta llena de metáforas. Comienza con imágenes aéreas de un combate en el Líbano de allí en más es todo ficción, lo irreal se torna real y lo real irreal. Nos habla de presencias y ausencias, de la ira y del dolor, del odio y la intolerancia, de la mutua responsabilidad, de los pactos y acuerdos. Nos muestra tanto el Piloto Israelí (Yoni) o el Niño Palestino (Fahed) podría ser victima del otro. Nos muestra a dos personas que comparten una historia y realidad con narrativas totalmente opuestas.      

Para finalizar me gustaría compartir una reflexión de su Director en una entrevista.

El periodista le pregunta ¿por qué no le gusta describir sus películas como films políticos?. A lo que Riklis responde: El término político está tan pasado de moda que tengo miedo que el público salga corriendo en dirección contraria. Más que un film político, he hecho películas sobre cómo la política afecta la vida de la gente común y corriente.

Creo que esta todo dicho, los invito a hacer click y disfrutar de la película:

www.asgraphic.org/videos/video173/index.htm

Queres saber más sobre Eran Riklis (en inglés): http://en.wikipedia.org/wiki/Eran_Riklis

Queres saber más sobre Zaytoun (en ingles): http://en.wikipedia.org/wiki/Zaytoun_(film)


Queres saber más sobre Etz Limon: http://www.golem.es/loslimoneros/

Publicado en la Página Web de Habonim Dror  www.habonimdror.com.ar