Iamim Noraim: Sobre los símbolos de la festividad

Muchos de los símbolos utilizados para el ritual de nuestras festividades tienen una relación directa con la
estación del año (en Israel) en la cual se celebran. Más allá de este vínculo que mantienen con la tierra poseen sentidos que los trascienden y que reflejan costumbres, conceptos, valores y deseos.

La festividad comienza con la bendición sobre las velas al igual que el Shabat (día sábado), simbolizan la consagración de un tiempo especial de una atmosfera sagrada que emana de este día. Los candelabros y las velas también son una metáfora del ascenso espiritual que debemos lograr al igual que la llama de la vela que arde hacia arriba.

La manzana con miel es uno de los símbolos exclusivos de esta festividad. Bendecimos sobre el fruto de un árbol que simboliza la vida y lo untamos con miel a fin de expresar el deseo de un año dulce.

En la mesa tradicional no debe faltar la Jalá Agulá (pan tradicional circular, muchas veces dulce también). Esta forma redonda se le da especialmente en Rosh Hashaná a diferencia del de Shabat que es tranzado. La circularidad simboliza el ciclo del año que finaliza y comienza, también remite a los ciclos de la vida misma.

La cabeza de pescado muchas veces aparece en las mesas de las familias Ashkenazíes (procedentes de Europa Oriental principalmente) y la cabeza de cordero en las familias Sefaradíes (procedentes de
Asia y África principalmente) se refieren directamente al comienzo de año, Rosh (en hebreo cabeza) Ha Shaná (del año).

En el templo hay varios elementos distintivos que aparecen para Rosh Hashaná y Iom Kipur (Día del Perdón). En primer lugar la Parojet (cortina que cubre el Arca Sagrada) es trocada la de uso cotidiano por
una de color blanco simbolizando la pureza y santidad que reinará durante estos días de plegarias y balances espirituales profundos.

Asimismo el oficiante y algunos feligreses acostumbran a vestir simples ropajes blancos que simbolizan la pureza humildad frente al juicio que el Rey de Reyes realiza en este tiempo. El Creador inscribe
nuestro destino en Rosh HaShaná y lo rubrica en Iom Kipur como está escrito en el Majzor (libro ritual) que se utiliza únicamente para estas festividades.

El Shofar (cuerno de carnero) es sonado en ambas celebraciones. Este instrumento bíblico que no tiene ni boquilla, ni llaves, debe ser natural y curvo. Esta forma curva simboliza la introspección que debe hacer el ser humano frente al llamado del Shofar en estos días. El Shofar nos llama con su sonido profundo y no cala hondo invitándonos a indagar en lo más profundo de nuestro ser los errores que hemos cometido frente a Di-s y a nuestros prójimos. Así también por medio de sus sonidos quebrados busca que nos planteemos un cambio (Shinui, que guarda la misma raíz que la palabra hebrea Shaná) de cara al nuevo año. Su gemido busca otorgarnos la oportunidad de que consigamos un sentido y sincero arrepentimiento para no volver a
recorrer aquellas sendas erradas del pasado en este año que comienza.

Es el deseo que podamos dimensionar en su plenitud de la invitación multifacética de nuestros símbolos que nos recuerdan e invitan a tener una vida más significativa frente al creador pero por sobre todo frente
a nuestros semejantes.

Shaná Tová UMetuká, una año bueno y dulce para tod@s.

Enrique M. Grinberg

Shaná Tová

Se dice que en Rosh HaShaná el mundo fue creado, también nuestras fuentes relatan que el primer ser humano, Adam, fue concebido en este día.
Comienza un nuevo año (Shaná), un nuevo ciclo y con el la posibilidad un cambio (Shinui) y de hacer las de una manera diferente o distinta (Shone). Se renueva nuestro tiempo y con el la invitación de re-crear al mundo y re-crear a la humanidad.
El cambio empieza por nosotros!!!.
Que tengamos un año de cambios y transformaciones positivas!!!.
Shaná Tová.
Con afecto y cariño para tod@s.

Enrique M. Grinberg


Estimados/as compañeros/as:

En los próximos días el calendario hebreo nos acerca nuevamente  una de las festividades centrales de nuestro pueblo Jag HaPesaj. Asimismo  y casi en forma paralela el calendario gregoriano acerca a otro credo  las Pascuas.

Pesaj es una de las tres festividades de peregrinación a Jerusalem (Shlosha Regalim) junto con Shavuot y Sucot. Es una oportunidad para el encuentro y la reunión de familias y amigos alrededor de una mesa. Es este un punto común entre ambas celebraciones: el encuentro, la re-unión.

Más allá de la particularidad ritual de cada fiesta,  de sus significados y significantes cada mesa es signada por la diversidad gastronómica, por la prohibición de ingerir ciertos alimentos y por la obligación de comer otros. Es este un punto común en donde se manifiesta la cultura de los pueblos. Es a través de la cultura que podemos resinificar parte de nuestra identidad preguntado y ensayando respuestas del por qué esta noche es distinta a las demás.

Pesaj es el recuerdo personal y colectivo del pasado en tiempo presente.

Pesaj corporizar y doler por la esclavitud y a la vez sentir la caricia y el alivio por la libertad que gozamos habiéndonos redimido del yugo de los faraones.

Pesaj es preguntar y responder a la vez, es transmitir y educar, es sentir y vivenciar la  historia siendo y haciendo parte de la misma.

Pesaj es memoria, recuerdo, pasado, presente y futuro.

Pesaj es un sinfín de valores que podemos extraer de la Hagada (Narración de la Festividad), es Orden (Seder) y es caos de mesas con manteles blancos que se van tiñendo con las gotas de vino e inundando de miguitas de Matzá (Pan Ázimo) .

Uno de los párrafos que me gustaría compartir con ustedes en esta oportunidad es que da comienzo a la sección del Maguid (Relato) que es el Halajma Ania (Este es el pan de la pobreza o aflicción), texto escrito en arameo y dice (traducción libre): “Este es el pan de la pobreza que comieron nuestro padres, aquel que tenga hambre que venga, coma y celebre con nosotros…”. Al recitar esta primera parte acostumbramos a abrir las puertas de nuestras casas invitando realmente al que no tiene que comer o con quien celebrar a que se siente en nuestra mesa y sea parte. Pesaj es una invitación abrir no solo la puerta sino el corazón y la mano a nuestro semejante. Comencé este texto dedicándolo a los  compañeros/as no fue casualidad, la etimología de la palabra se remite al vocablo del latín popular “companio” que significa: “aquel que come su pan con…”, nos remite al compartir y compartir nos remite al concepto de comunidad (común-unidad).

Les deseo a todos los que a diario desde los distintos lugares hacemos COMUNIDAD un Jag HaPesaj Sameaj y una feliz pascua para cada uno/a de ustedes y su respectivas familias.

Que nos podamos ganar el pan con dignidad y compartirlo siempre con nuestro prójimo recordando siempre a quien nos necesita.

Con sentido afecto,

Enrique M. Grinberg