Pensando el Majon Rabin (Escuela de Madrijim)


Ante todo quiero agradecer a Nurit Gershon la invitación que me hizo para participar de este panel y permitirme expresar algunas ideas sobre el tema que nos convoca.

Rabí Shimón en Pirkei Avot, Tratado de Principios dice: “Crecí entre sabios y no encontré nada mejor para el hombre que el silencio; lo esencial no es la teoría sino la acción, y hablar demasiado hace caer en falta”.

Aquí estoy entre dos sabios panelistas (Lic. Jorge Elbaum y Lic. Natán Sonis) y lo mejor que podría hacer es callarme y escucharlos, pero en fin me invitaron para hablar y no para callar así que les digo que me siento honrado en poder participar junto a ellos de este espacio y espero no caer en falta por ello.

Sabiendo de antemano que la idea es tomar esta jornada como una brújula para diseñar la ruta de una futura Escuela de Madrijim me permitiré aportar algunos conceptos que expondré a continuación.

Volviendo a la frase de Rabí Shimón creo que la acción es una palabra clave y central para nuestra tarea, sin menospreciar obviamente a la teoría. La acción que es iniciativa, compromiso y realización, debe ser el eje de nuestro trabajo para que estos futuros Madrijim puedan convertirse en los protagonistas activos de una nueva historia comunitaria.

Algo ambicioso no?. Pretender que los jóvenes se pongan en movimiento y sean protagonistas y no espectadores. Hablar de acción, iniciativa y compromiso en la posmodernidad es como vulgarmente se dice pedirle peras al olmo. Pero creo que en una Escuela de Madrijim, en una Tnuá Noar y otros espacios similares podemos darnos ese gusto de pedir lo imposible y tratar de gestar el cambio tan deseado.

La educación no formal en su nacimiento fue revolucionaria e instituyente, estas características perduran hasta hoy intrínsicamente en ella y es bueno recordarlo. Aunque no tenga la misma fuerza revolucionaria e instituyente, ni la mística y la pasión de antaño, tenemos en la educación no formal un pequeño generador de cambio que perduró en el paso de la modernidad a la posmodernidad, y que se puede convertir en una usina, que puede potenciarse nuevamente y ser factor de un cambio radical.

La posmodernidad le ha hecho mella ya que mucho de la Hadrajá se basa en esas palabras que he mencionado acción, iniciativa, compromiso y realización voluntaria que son casi malas palabras para esta edad de la civilización.

Soy un convencido que la educación no formal puede hacerle mucho más daño a la posmodernidad de lo que ella de hace a este sistema educativo si es que luchamos porque ocupe un lugar de privilegio en nuestras comunidades.

Es por ello que somos más que responsables por desarrollar y transmitir los contenidos e instrumentos creativos que permitan recuperar el espacio de las utopías, sueños, acción y realización, para que las adopten como propias estos futuros Madrijim y los que les sigan.

Si realmente logramos identificar a los espacios no formales como ser Escuelas de Madrijim, Tnuot Noar y otros espacios grupales como espacios de "contra-cultura" en estos tiempos posmodernos podremos dar otra dimensión a la tarea y por ende nuestro desafió será aun mayor para logra revertir esta situación de inercia social y juvenil.

El judaísmo es revolución y contra-cultura, es por ello que sobrevivió tanto en los días felices como en días de tristeza.

Una frase que me gusta mucho del Dr. Janán Nudel dice que uno transmite lo que tiene vivo en uno. El judaísmo es algo que se transmitió de generación en generación. Es ese espíritu vivo de no resignación, de búsqueda y de una obcecada decisión de vivir y sobrevivir lo que siempre lo mantuvo vigente y cambiante.

Piensen en esto: ¿A quién se le ocurre decir que hay un solo Dios en épocas politeístas?. Obviamente a Abraham el primer Monoteísta. ¿A quién se le ocurre liberar a un pueblo de la esclavitud en Egipto?. A Moshé, nuestro gran maestro. De cruzar el mar rojo a pie sin un puente, de bajar con dos tablas y diez mandamiento y hacer popular esta ley, de tener un libro como el Talmud donde uno discute con otro viviendo en la misma o distintas épocas, planteando de manera objetiva la diversidad de ideas ¿acaso eso no es revolución y contra-cultura?.

Acercándonos el tiempo el ejemplo del idealista Thedoro Herzl hablando del sueño, de la leyenda y la realidad, Mordejai Anilevich y su rebelión en el Guetto de Varsovia, el renacimiento de la vida judía plena en Israel, el idioma hebreo, la reunión de los judíos dispersos por más de dos mil años en los confines del planeta, como explicamos eso si nos remitimos a la pura lógica, somos un pueblo ilógico y lo debemos sostener con orgullo. Si nos hubiéramos guiado solamente por la lógica quizás hoy no existiríamos como pueblo. Que hoy estemos hablando aquí y construyendo algo diferente es testimonio de aquel pasado que se hace presente para convertirse en futuro.

Una frase del aquel cada vez más lejano Mayo Francés de 1968 me parece que define de forma interesante el milagro de la continuidad nuestro pueblo y dice: Si lo que ven no es extraño, la visión es falsa (Sorbona). Sí, somos un pueblo diferente y extraño que encierra en si mismo el navegar contra la corriente si no lo vemos nuestra visión es falsa y errónea.

Debemos desandar en este espacio de formación de formadores parte de los impactos nocivos de una sociedad egoísta y contrarrestar los vicios que aprendieron en otras instancias educativas caducas.

Debemos desarmar el concepto de una realidad virtual y disociada, como por ejemplo el fenómeno de los medios masivos en donde en la televisión se ve una cosa y en la realidad otra, que existe una ley pero que todo se puede arreglar con unos pesos, de que se sabe o no por una nota de uno a diez, que el resultado siempre es un simple número, que el mejor es siempre el que tiene éxito. Debemos enseñar a que la pregunta, la discusión y el disenso no son malas, que tener ideas propias y no repetir como loros lo que el otro quiere escuchar para darnos su aprobación es bueno, natural y válido.

Creo en los espacios colectivos, creo que estos espacios son el lugar al cual debemos enfocar y convertir a estos futuros Madrijim en un verdadero grupo en donde el saber y el aprender se compartan y no crear una serie de personas juntas que aprendan y repitan un mensaje idéntico.

Debemos hablarles del “Kol Israel Harevim Ze La Ze”, de la mutua responsabilidad de los unos por los otros.

Créanme hay hoy en día instituciones que están proponiendo destruir este modelo grupal en el cual uno aprende del otro, en el cual existe un saber compartido, en el cual de socializa el saber.

Ellos proponen modelos posmodernos donde cada uno busca su interés sin importar el otro y los invitan a realizar actividades zapping hoy tenés esto, mañana lo otro y no importa quien está o quien falta, ya que no necesitan el compromiso ni el intercambio entre personas para realizarlas, solo transcurrir por una o por otra, no se busca la continuidad sino la inmediatez y el efecto, la fascinación tecnológica y el vértigo.

Volvamos a pensar las palabras de Ben Zomá que no sabia de teoría de grupos pero si conocía la importancia del otro y dice: “¿Quien es el sabio?. Solo aquel que aprende de todos sus semejantes”.

Enseñemos que necesitamos al otro para completarnos, como en tiempos bíblicos en el desierto en el momento de censar al pueblo judío y sabiendo que estaba prohibido contar a las personas como números se pidió a cada miembro del pueblo de Israel que aporte medio shekel y así se realizó la cuenta censal. Los sabios se preguntaron porque medio shekel y no un shekel entero que sería más fácil de contar y la respuesta fue que el medio shekel simboliza que uno no está completo sin el otro y así es en nuestro pueblo y en nuestras vidas.

A estos modelos egoístas y tecnócratas nos debemos oponer. Debemos concientizar a los futuros Madrijim para que sean activistas en este sentido de crear y/o recuperar un espacio diferente a lo que nos propone la cultura hoy en día en comunidad.

Hagamos un espacio donde la calidad ocupe un lugar privilegiado por sobre la cantidad. Debemos ayudarles a estos futuros Madrijim a crear nuevas varas de medición de éxito o el fracaso, nuevos parámetros que no sean solo números, porcentajes y estadísticas.

Remitiéndome al la frase del comienzo, creo que hay que balancear el equilibrio entre la acción y la teoría que ninguna puede ni debe estar ausente en un proceso formativo.

El saber teórico debe convertirse en el marco conceptual para interpretar o reinterpretar lo que de la acción devenga o ser el generador de nuevas acciones.

La futura Escuela de Madrijim de Habonim Dror y el Sholem Aleijem a mi entender debe ser un espacio de estudio, experimentación y vivencia, diseñado conociendo bien lo que significa al día de hoy ser joven judío y argentino. Teniendo bien en claro que procesos queremos generar en estos jóvenes y que procesos queremos que ellos generen en las próximas generaciones de Janijim.

Debemos orientar nuestra tarea formativa hacia la acción concreta y coherente acercando la distancia entre el decir y hacer y guiar a los futuros Madrijim en este sentido para que ellos también se hagan eco de este potente mensaje.

Hecha ya la revolución…, digo la introducción… daré algunas ideas que me parecen interesantes incluir en este proceso formativo, y no incluiré en esta descripción materias que deben estar y que tienen que ver con metodologías o conceptos que me imagino se incluirán.

Considero que la experiencia vivencial debe estar presente y debe constituir un momento de relevancia en la futura Escuela de Madrijim.

Vivenciar la celebración de los Jaguim y distintas conmemoraciones del calendario hebreo con lo que ello implica.

Por otro lado también es fundamental el que puedan tomar contacto directo con diversos actores sociales que gestan proyectos comunitarios como ser comedores populares, redes solidarias, agrupaciones políticas como Memoria Activa, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, Hijos, Greenpeace, el trabajo por la integración de los discapacitados, , etc…

Vivenciar el compromiso social y comunitario me parece que no solo debe quedar en una experiencia valiosa sino que debe convertirse en un pilar para poder comenzar a trabajar un modelo diferente que incluya otras realidades. Debemos también intentar traducir estas vivencias y modelos en términos de una cosmovisión judía para que puedan identificar estos valores como propios como parte de el legado de nuestra cultura y tradición judía para hacerlos propios y aplicarlos.

Descubrir la esencia judía y el aporte hecho por el pueblo judío a la humanidad a partir de la vivencia.

Como ejemplo el tema de la identidad en el caso de Abuelas de Plaza de Mayo y la Agrupación Hijos. El tema de la búsqueda de justicia y verdad en el caso de Memoria Activa, el caso de la Tzedaká entendida como justicia social en las redes solidarias y así en cada uno de los proyectos que se visiten.

En síntesis mostrar que mucho de los valores humanistas están comprendidos en el judaísmo como algo medular, la conciencia de esto nos permitirá redimensionar de lo judío y dotarlo de vida, vigencia e identificación por parte de estos jóvenes.

El encuentro con intelectuales, creo que hay personajes que los jóvenes deben conocer y encontrarse con ellos en forma organizada gente que ha sido referente de lo comunitario y de la educación no formal a modo de ejemplo, entre tantos otros, el Dr. Janán Nudel.

Debemos construir una lista de libros básicos que el Madrij debe leer antes de terminar la Escuela de Madrijim, autores argentinos, israelíes, europeos, etc.. Debemos contagiar a estos jóvenes el orgullo de ser el pueblo del libro.

Tenemos que dotarlos de conocimientos constitutivos de la comunidad judía argentina pasando por la historia de la llegada de los primeros judíos inmigrantes hasta el día de hoy. Saber como se organiza y estructura la comunidad judía en la Argentina y que rol cumple cada
institución.

La cultura como herramienta en pos de la identidad

Debemos incentivar en la Escuela de Madrijim a la generación de una diversidad de opciones que permitan desarrollar sus aptitudes creativas y reflexivas. La multiplicidad de disciplinas, los formatos diferentes de acción y el pluralismo expresivo, servirán como herramienta para la resignificación de la cuestión identitaria.

Hablar de cultura e identidad es hablar de narración, es pensarse uno mismo a través de la expresión.

Israel como centro

El desafío está en poder identificar a los jóvenes con un Israel diferente en donde el conflicto es parte y no el todo de la sociedad israelí. Israel es vida, es cultura, es discusión política, es música, cine, teatro, es paisaje, es Jerusalem y Tel Aviv.

Debemos procurar desistitucionalizar el vínculo con Israel, que no sean funcionarios los que hablen, poder crear canales de contacto entre pares.

¿Y por que Israel cómo centro?

Porque creo que es la construcción colectiva más importante de los últimos tiempos del pueblo judío. Por que Israel significa la concreción de una utopía, de un sueño, la acción y la realidad pensada por una contracultura revolucionaria y que tiene mucho de lo que tiene que tener nuestra nueva escuela de Madrijim.

Muchas gracias.

Ponencia presentada en el foro de pensamiento y diseño del Majon Rabin
Enrique M. Grinberg

Noviembre 2004

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ISrael sin Torá esta perdido

http://www.jabadurquiza.com/

enriquegri dijo...

Gracias por vuestro comentario.
Shana Tova.